El Gallo12/Con espolones de gallo
Cuando pensábamos que nos traíamos un buen resultado de “tierras de la tambora”, vaya decepción que nos llevamos, después de dominar el partido por un amplio periodo, hasta nos dimos “el lujo” de que Sanvezzo (17) fallara un penal y que también a él le anularan un gol por una supuesta falta de Lértora (14). Con este empuje, nos hicieron creer que “el botín de tres unidades” se venía para Querétaro, pero no, de la banca comenzaron las malas decisiones y se hicieron pésimos cambios.
Cronología: Minuto 59, sale Sierra (23) entra Lainez (20), ¿a qué? No se sabe, pero no podía parar ahí, min. 65 sale un delantero, Sanvezzo (17) entra un medio García (22), pues a “desma…ntelar” el cuadro, claro que las consecuencias se hicieron notar de inmediato, porque “Los Cañoneros” comenzaron a dominar el partido y a “apedrearnos el rancho”, los goles comenzaron a caer en cascada, “el primero en la frente” 76´, con la idea (suponemos) de “poner la cereza en el pastel” entró Yrizar (11) al 80´ (por Dios), ¿resultante? Claro, otros dos goles, minutos 88 y 90. Ante la sorpresa de propios y extraños, estábamos cayendo 3-0. ¡De no creerse y menos de aceptarse! ¿Qué va a pasar? Seguramente nada, nada, nada.
Cuando teníamos la oportunidad de salir del fondo de la tabla de cocientes y poner tierra de por medio, sobre, Necaxa, Tijuana, el propio Mazatlán y Juárez, nos salen con esto y quedamos estancados, a falta de sólo tres partidos más.
¿Qué sigue? El día de hoy por la tarde-noche estaremos en el Corregidora frente a unas inestables “Chivas Rayadas” del Guadalajara, obviamente jugando, ellos, “como locales” porque si el Corregidora se llena, serán los aficionados rayados los que hagan la entrada, gracias a las “atinadas” gestiones de nuestra “flamante” directiva.
Como detalle, queremos hacer notar, lo bien (fuera de la derrota) que la pasaron los aficionados locales que fueron a apoyar a los plumíferos, vimos varias publicaciones en las redes, en el estadio, en las calles del puerto y hasta en la playa, allá sí los dejaron ser… y no se “armaron” campales.