Miguel Ángel Flores/Lo bueno, lo malo y lo peor
LO BUENO
Algunas campañas electorales, no todas, han evolucionado para hacer más eficiente la transmisión de sus propuestas de campaña. En grupo AD Comunicaciones hemos implementado un seguimiento a las promesas de campaña que desde el 2021 como candidatos, enunciaron cada uno de los hoy alcaldes. La tarea como medio de comunicación será ofrecer un servicio útil al elector para que evalúe a su candidato, razone su voto y tome la mejor decisión. Esta será una herramienta más para combatir el abstencionismo y promover una mayor cultura democrática y de participación social.
LO MALO
Muchos políticos, hoy aspirantes a participar en el próximo proceso electoral, no han advertido el rival que enfrentarán en el 2024 y que no tiene color ni partido: el abstencionismo. Ese no es tema de discusión al interior de los partidos ni asunto que abunde en las encuestas y ejercicios estadísticos. Descuidar al elector apático podría ocasionar una de las más bajas participaciones electorales si no se fomenta la participación social.
LO PEOR
Los “adelantados”, la polarización del país, los constantes embates entre el partido en el poder y la oposición, dejan en el fuego cruzado a los ciudadanos que, aunque no lo parezca, están entrando en el hartazgo. No hay, de ninguna de las partes, un diferenciador que motive, impulse la participación. Y lo peor, el árbitro electoral no es capaz de poner orden y hacer cumplir la ley, lo que ha permitido que cada actor político actúe sin temor a una sanción y en muchos casos, retando a la autoridad electoral.