Ayer, unas mil personas se agruparon en las calles del primer cuadro de la capital queretana para marchar y apoyar a la Suprema Corte.
Hace unos meses se registraron marchas similares en defensa del Instituto Nacional Electoral. Lo común en ambas es la preocupación por el estado de las instituciones de México y los embates de otros poderes por minarlo. Sin duda es preocupante, pero también es esperanzadora la incidencia política de los ciudadanos, quienes cada vez más se involucran en los procesos democráticos. Esto siempre será sano para la democracia mexicana, que ha tenido un camino nada sencillo para su consolidación. Bien por la participación ciudadana.
Otra preocupación es el cuidado de nuestras áreas naturales protegidas. En esta edición abarcamos dicho tema.
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