Romy Rojas Garrido
En la colaboración anterior hablamos sobre la resiliencia urbana y cómo la ciudad está considerada como el hábitat humano por excelencia, además de que la ciudad se considera un sistema que se adapta y ajusta o se modifica según las circunstancias del entorno, lo cual se relaciona con la resiliencia, con el acto de cambiar y modificarse cuando hay ciertas crisis.
Por ello, la complejidad urbana no sólo debe ser considerada para efectos de la vida cotidiana, sino que es importante pensar la ciudad y su potencial generativo desde un punto de vista multidisciplinario, que apueste por especular futuros con visiones sustentables y con miras a construir resiliencia basada en elementos clave como el conocimiento, la consciencia y la acción.
Estos elementos son considerados hoy en día, por parte de actores sociales e investigadores, como piezas clave para la construcción de ciudades resilientes. Sin embargo, no sólo las disciplinas urbanas como el urbanismo, el diseño y la arquitectura son los únicos responsables y capaces de gestionar el ámbito urbano, sino que diversos actores públicos, políticos y civiles son igualmente parte y responsables de lo ocurrido en la ciudad y por consiguiente deben de involucrarse activamente en la puesta en marcha de acciones resilientes.
En la actualidad, frente a los retos urbanos tan complejos que muchas ciudades del mundo afrontan, se han creado organizaciones y espacios para la reflexión acerca de cómo construir resiliencia urbana. Un ejemplo importante es el Programa de las Naciones Unidas sobre Ciudades Resilientes el cual se basa en:
“Proporcionar a los gobiernos nacionales y locales herramientas para medir y aumentar la resiliencia ante los impactos de múltiples peligros, incluidos los asociados con el cambio climático. Trabajando a través de asociaciones, incluyendo agencias internacionales como UNISDR, institutos académicos y de investigación, actores del sector privado y ONGs, el City Resilience Profiling Programme desarrollará un enfoque de gestión y planificación urbana integral para perfilar y monitorear la capacidad de recuperación de cualquier ciudad ante todos los riesgos plausibles” (UN-HABITAT sitio web: www.unhabitat.org)
Las ciudades del mundo en las que se está poniendo en marcha este programa para verificar su funcionalidad y corregir/mejorar las acciones son: Balangoda (Sri Lanka), Barcelona (España), Beirut (Líbano), Dagupan (Filipinas), Dar es Salaam (Tanzania), Lokoja (Nigeria), Portmore (Jamaica), Concepción/Talcahuano (Chile), Terán (Irán) y Wellington (Nueva Zelanda). Estas ciudades fueron seleccionadas con base a las propuestas enviadas a las oficinas ONU-HÁBITAT y a parámetros referentes al balance de distribución geográfico y económico, al tamaño de población, a los perfiles de desastres y riesgo de cada zona y al compromiso de la agenda de resiliencia. Es un trabajo en curso y aún queda mucho por hacer, pero es fundamental que todos tomemos conciencia y acción al respecto.
Lectura recomendada:
– https://unhabitat.org/urban-initiatives/initiatives-programmes/city-resilience-profiling-programme/
– http://urbanresiliencehub.org/