Parte 1
Recientemente se ha anunciado la llegada de 13 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa a México; lo que equivale a lo que llegó al país en todo el año pasado.
¿Será producto de una estrategia económica silenciosa del Gobierno Federal?
Desafortunadamente no, esto es producto del Nearshoring.
Nearshoring es una relocalización. Son las decisiones de empresas de otros países de establecerse en México, cerca del mayor mercado de consumo del mundo, EUA. Son decisiones que buscan incrementar las utilidades de esas empresas.
Uno de los más recientes se origina en la insuficiencia de insumos en las cadenas productivas globales provocadas por los cierres debido a la pandemia; especialmente las que se dieron en China y sus asociados y que generaron cuellos de botella en la producción de gran cantidad de bienes; entre ellos los automóviles.
Con el Nearshoring, las empresas mantienen totalmente el control de sus procesos productivos, evitando así riesgos como el mencionado y la misma guerra, y además se benefician de menores costos de producción -incluyendo salarios e impuestos menores- y aprovechando además el mejor trato arancelario que ofrece el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Un tratado acordado en los años 90´s con la finalidad de tener reglas claras y mayor equidad en el intercambio comercial y la IDE entre los países del área y que otorga a los socios un mejor trato arancelario entre ellos…
Parte 2
Para que el Nearshoring tenga éxito, se requiere estabilidad financiera, en especial en la política cambiaria -que en México se tiene gracias a la autonomía del Banco de México- estabilidad política y en la seguridad pública e institucional.
En otras palabras, es algo que beneficiará a México gracias a su cercanía geográfica a los Estados Unidos, a las circunstancias surgidas a partir de la pandemia y a las tensiones políticas internacionales, como son: China y Rusia. Y por supuesto, principalmente a la búsqueda de mayor utilidad por parte de las empresas que se están relocalizando en la geografía mexicana.
Con lo anterior podemos rápido descifrar que es una oportunidad para México sin lugar a dudas, sin embargo, lo obliga a cambiar su estrategia de seguridad pública federal, mantener un andamiaje institucional y demostrar un sistema democrático sólido para lograr la estabilidad política comentada; todos estos elementos requeridos, hoy tristemente están en fragilidad inminente por la toma de decisiones recientes por el partido en el poder.
Por ello esto se puede convertir en una vulnerabilidad para el país, ya que estará presionado por el vecino norteamericano, el mercado de consumo más importante del mundo, quienes nos dictarán las reglas para poder participar; hoy ya existen indicios de querer meter mano en la estrategia de seguridad versus el narcotráfico, no duden que comiencen con amagues en el tema del comercio binacional.