Enrique Álvarez
El deporte como espectáculo se está consolidando en Querétaro. De manera intermitente la ciudad ha contado con futbol profesional de primera división (y afortunadamente en las dos más recientes décadas de manera casi permanente). Y ahora de la mano de la rama femenil, el futbol como producto se fortalece.
Con Libertadores el basquetball llegó con una propuesta fresca que con una gran organización rápidamente se posicionó en los aficionados.
El futbol americano profesional está luchando por ser una opción atractiva entre los aficionados. Comenzó con Pioneros en Corregidora y ahora con Gallos Negros se espera que los amantes del emparrillado tengan una opción donde disfrutar de su pasión.
Y por si esto no fuera suficiente, se ha anunciado con bombo y platillo la llegada de una franquicia de la LMB, los “Conspiradores de Querétaro”, que tendrán un estadio nuevo que además servirá como centro de espectáculos masivos.
Si bien es cierto que la ciudad de Querétaro cuenta con mercado para estos equipos, es también cierto que habrá una competencia directa entre ellos por la venta de abonos anuales y souvenirs. ¿Cómo ganar este mercado que puede generar grandes dividendos? La respuesta es sencilla. El común denominador de los equipos de la ciudad son sus malos resultados deportivos. El equipo que logre hilar éxitos deportivos de manera frecuente obtendrá la preferencia del público y ganará el mercado de la inversión anual de los aficionados.
No será sencillo para los Conspiradores iniciar su historia, pero tiene la ventaja de que al no existir un pasado negativo pueden hilar rápidamente alegrías y aficionados con un buen rendimiento deportivo. Yo, por lo pronto, ya estoy esperando el grito de playball.