Jorge Roberto Javier Tortajada
Estamos a medio proceso de grandes obras en la ciudad y encontrar espacios para la movilidad se vuelve más complicado. Las rutas alternas son insuficientes para el aforo vehicular y las vías principales se saturan cada día más. Buscamos respuestas breves con la segmentación de los horarios de trabajo o actividades escolares; sin embargo, la movilidad alternativa – caminar y pedalear – sigue sin dar el despegue y la oportunidad necesarias para brindar soluciones definitivas.
Como sociedad debemos de entender la magnitud de los trabajos que se están realizando. Lejos de críticas o controversias, debemos de integrarnos a las soluciones de manera proactiva. La pacificación del tráfico es una responsabilidad conjunta; no podemos ir con prisas, compitiendo entre nosotros. Estamos atados unos a otros compartiendo nuestras vías de comunicación; tenemos que respetar el paso, reencontrarnos con los espacios urbanos y recuperar nuestra capacidad de asombro a través de la peatonalidad de la ciudad. Esta mancha urbana está tejida con finos hilos que nos interconectan y puede volverse caótica con la saturación de un solo medio de movilidad.
Encontremos el espacio, recursos y esfuerzos adecuados para seguir procurando mejores servicios, mejor transporte público, conectividad, mejores espacios públicos. Respetemos nuestro espacio común, ya que la saturación nos arrastra a la confrontación y a la desesperación, pero ubiquemos que somos parte de un sistema que trabaja conjuntamente.