Raúl D. Lorea
Desde la creación de la Secretaría de Desarrollo Social federal, en los años 90, se crearon políticas y programas cuyo objetivo era disminuir el rezago social. Posteriormente, se creó el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), una institución autónoma cuya vocación es ser una guía que permita medir la pobreza y medir los resultados de las políticas de desarrollo social.
El Coneval, junto con el INEGI, cuentan con información que permite ver qué tanto se ha avanzado con los objetivos de abatimiento de la pobreza a través de programas, obras y acciones de cualquiera de los tres órdenes de gobierno (estatal, municipal o federal).
Hasta antes del actual sexenio, los municipios podían acceder a programas federales cuyo sustento técnico y alcances se basaban en las estadísticas de ambas instituciones, sin embargo, con el deterioro institucional que hoy se promueve desde la administración federal, la mayoría de dichos programas desaparecieron y los datos estadísticos no son tomados en serio.
La estadística debe ser una herramienta de vigilancia que permita a las y los ciudadanos acceder a la información gubernamental que muestre los resultados de cada programa federal, para eso se crearon esas instituciones autónomas o desconcentradas que hoy se pretende minimizar.
La participación ciudadana va más allá de la jornada electoral y tiene que ver con la exigencia hacia los gobiernos para que cumplan sus compromisos en beneficio de las y los mexicanos.