Alejandro Gutiérrez Balboa
El Partido Republicano de Estados Unidos representó una conducta política muy clara hasta principios del siglo actual. Desde el primer personaje que alcanzó la presidencia de ese país, Abraham Lincoln, se caracterizó por la defensa de la libertad de emprender, la mínima intervención estatal en la economía y la vida ciudadana; las libertades individuales y un conservadurismo propicio a la familia, la tenencia de armas, y contrario a los socialismos de cualquier color.
Prototipo de esta corriente fue la dupla Reagan-Bush padre, que gobernaron 3 cuatrienios, de 1981 a 1993. En este período se consolidó la ventaja norteamericana sobre su archirrival, la Unión Soviética, que frente al escudo denominado Iniciativa de Defensa Estratégica en 1984 y ante la consolidación de una economía cuasi global, se derrumbó desapareciendo la Cortina de Hierro.
En los primeros años de este siglo surgió un movimiento, denominado el Tea Party, que posteriormente derivó en una corriente populista de derecha, conspiracionista, demagógica, autoritaria y bastante antidemocrática que fue la encabezada por Donald Trump.
Hoy, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año, varios importantes dirigentes de esta corriente republicana han tomado a nuestro país como blanco. Con la pretensión de declarar a los grupos criminales de México como organizaciones terroristas y combatirlos en nuestro suelo utilizando incluso la fuerza militar, la discusión política va a girar cada vez más en torno a este tema. Otro será el recrudecimiento de la actitud antimigrante y otro más será el antagonismo con China, casualmente el principal proveedor de fentanilo.
La irresponsabilidad gubernamental, manifestada en una abierta simpatía hacia la persona de Trump, la increíble reticencia en reconocer y felicitar al vencedor en las pasadas elecciones, Joe Biden; la estupidez de expresar entrometerse en la política interna del vecino y los reiterados insultos a instituciones de ese país, por otra parte nuestro principal socio comercial, no deparan nada bueno para nuestra seguridad nacional. Y de gratis.
Aún peor, hay varios personajes entre los republicanos que le competirán a Trump la nominación presidencial y que, para lograrlo, no dudarán rebasarlo con actitudes aún más radicales. De aquí a las elecciones de noviembre del próximo año, México pasará a ser piñata en los Estados Unidos. Y todo gracias a un demagogo resentido.