Mario Maraboto
Con afecto para Adriana Urrea
La noticia de la muerte de Maximiliano de Habsburgo, el 19 de junio de 1867, fue el primer cable de México al mundo que transmitió la agencia de noticias internacional Reuters, una empresa británica fundada en 1851 por Paul Julius Reuter.
Con el advenimiento del telégrafo en 1837, los servicios noticiosos internacionales empezaron a evolucionar. En México, el telégrafo fue empleado en 1865 para transmitir una noticia que no fue generada por ninguna agencia: el aviso del General Zaragoza al Presidente Juárez del triunfo de las tropas mexicanas ante las francesas en la famosa Batalla de Puebla.
La evolución tecnológica trajo nuevas posibilidades para las agencias de noticias: al telégrafo siguieron los teletipos, aparatos que empleaban caracteres tipográficos escritos en teclados semejantes a los de las máquinas de escribir; luego llegó el télex, máquinas que, al teclear en ellas, perforaban una delgada cinta de papel en la que quedaba “grabada” toda la información, a partir de la cual se podía transmitir el texto a los suscriptores del servicio.
Más tarde se empezó a utilizar el telefax que codificaba la información en dígitos y la emitían por teléfono hasta una terminal que la decodificaban y generaban una copia del original, y a partir de los años 90 el envío de la información empezó a circular a través de la amplia red mundial de la informática, que ahora es ampliamente conocida como internet.
Desde que apareció la primera agencia de noticias en el mundo, (Havas, 1835), su desarrollo fue esencial en el sistema informativo como generadoras de noticias, por ello no sorprende ver en los diarios noticias firmadas por alguna agencia noticiosa.
En México han existido algunas agencias de noticias que, eventualmente desaparecieron. La más reciente, aunque oficialmente aún existe, es Notimex. En una plática que tuve en 2009 con Aurelio Bueno, quien recién había dejado la dirección de dicha agencia, me contó: “La agencia se fundó en 1968 para brincar el cerco de información existente; es decir, sacar la información de los juegos olímpicos y dar otra imagen de México ya que los medios sólo estaban sacando la información de los movimientos estudiantiles.”
En su inicio se denominaba Agencia Mexicana de Noticias Notimex, pero en junio del 2006, tras una reforma de sus estatutos, se independizó de la Secretaría de Gobernación y entregó su administración a una junta de gobierno integrada por representantes del Estado. “Tenía un sambenito que siempre cargaba: que era del gobierno. Ahora ya no. Tenía la carga gubernamental que no le gustaba a nadie”, me dijo Aurelio.
Hasta inicio de 2019 la agencia tenía una amplia red de corresponsales internacionales tanto en el continente americano como en Europa y su objetivo era coadyuvar al ejercicio del derecho a la información prestando servicios profesionales en materia de noticias con auténtica independencia editorial. Pero en 2020 todo cambió: el 21 de febrero de ese año estalló una huelga que aún persiste.
Ese movimiento lo originaron los cambios al contrato colectivo de trabajo propuestos por la nueva dirección general, cercana a la Presidencia de la República, que implicaban violaciones a dicho contrato, despidos injustificados (bajo el argumento de la austeridad republicana), suspensión de cláusulas y prestaciones, además de existir un acoso laboral. Adicionalmente con el inicio del actual régimen su labor fue reproducir información favorable al gobierno y condenar los disturbios en las manifestaciones feministas. Dejó de ser una agencia de noticias para convertirse en una de propaganda.
Gracias a las actitudes de la directora con el apoyo del presidente, tenemos la huelga de medios de comunicación más prolongada en la historia de la Administración Pública Federal y con mayor duración en América Latina. A tres años, la demanda de los trabajadores por respeto a sus derechos y a su contrato colectivo sigue vigente y el movimiento se sostiene gracias a labores de “boteo” de los propios trabajadores.