Alejandro Gutiérrez Balboa
Un reportaje en España sobre la ministra Irene Montero Gil, nos aporta una visión de lo que es la izquierda moderna en todas partes del mundo, a diferencia de lo que hicieron sus antecesores.
En efecto, la ministra de Igualdad está en el centro del debate por sus posturas extremas, por sus leyes radicales en temas polémicos y por el protagonismo que ha asumido en poco tiempo.
Montero estudió psicología y desde los 15 años militó en las juventudes comunistas. Nunca, antes de alcanzar el ministerio, mostró posturas feministas radicales pero, desde enero de 2020, como fruto de la alianza con el PSOE que encabeza el gobierno, Montero pasó a dirigir el ministerio apenas creado en 2008 por el también socialista José Luis Rodríguez Zapatero. En él ha dado paso a posiciones cada vez más radicales.
Desde un feminismo excluyente y maniqueo, Montero ha auspiciado políticas que pretenden que los menores de edad puedan lo mismo mantener relaciones sexuales con quien sea, sin excluir nadie ni nada, hasta que puedan mutilar su cuerpo para convertirse en otro sexo, y todo sin requerirse el permiso o consentimiento de los padres.
Irene Montero se ha mostrado incapaz de generar procesos constructivos y menos de promover consensos, al tiempo que jamás ha mostrado ningún respeto al que piensa diferente. No tolera la discrepancia, sólo la obediencia absoluta.
Este cargo, como otros que ha alcanzado en el legislativo, se los debe no a su capacidad o talento, sino al haber sido pareja del líder del partido en el que milita, Unidas Podemos. Y como no existe caudillo sin corte, ambos cuentan con una legión de aplaudidores que le celebran todo y que satanizan a los que discrepan.
Se ha incorporado al Grupo de Puebla, el movimiento que paralelamente al Foro de Sao Paulo pretende conducir a los países hispanos al modelo de izquierda que muestre menos oposición que la que se presenta a los experimentos venezolano o cubano y que ha logrado notables avances.
En suma, lo que vemos en México es una calca de un modelo internacional que busca la hegemonía en nuestros países a través de un socialismo igual de corrupto e ineficiente como lo ha sido siempre, pero que maneja una poderosa narrativa.