Hemos iniciado la época de la santa cuaresma, época de austeridad, de recogimiento y de oración para los católicos y en especial para los católicos sanjuanenses quienes tienen muy arraigado el sentimiento religioso.
Durante la cuaresma una de las practicas más comunes es la abstinencia de carne roja, misma que es propia de los viernes de cuaresma, del miércoles de ceniza y del viernes santo. En ese día para los católicos se pide como sacrifico el no consumir carnes rojas y poder ofrecer ese sacrificio como modo de participar en la pasión de Jesús.
Una de las características más comunes de este tiempo y derivado de la abstinencia de carne roja, son los diversos platillos que se hacen en las cocinas sanjuanenses. La sustitución de la carne por otros alimentos ha hecho que las recetas y las comidas sean variadas y exquisitas.
En esta temporada podemos encontrar una diversidad de platillos que van desde las tradicionales tortas de camarón, hasta lo más selecto de la gastronomía queretana en donde vemos que se utilizan muchos productos del mar y del campo.
Sin embargo, me quiero referir a la comida tradicional en donde, como ya lo mencioné, las tortas de camarón, acompañadas de nopales, en donde el chile y el camarón es molido en el metate, hacen la delicia de los sanjuanenses. O que decir de los chiles rellenos de queso, capeados de huevo y que se sirven con caldillo de jitomate, o las enchiladas queretanas, rellenas de queso y cebolla y que son presentadas en hojas de lechuga orejona.
La sopa de habas, es otra de las delicias de esta temporada, junto con los nopales con cebolla y orégano o que decir de las tortas de papa y de las calabazas rellenas de queso, son delicia para el paladar más exigente. Y como no mencionar el tradicional postre de la temporada, la capirotada, tan típica de varios lugares, pero que, en San Juan del Río, representa un platillo muy tradicional en las familias oriundas de este lugar.
Hasta hace algunos años era muy común que las familias sanjuanenses se reunieran en algunos de estos días para compartir estos alimentos, en especial el viernes santo; ya que después de los oficios religiosos, las casas se convertían en un lugar de verdadera convivencia familiar. Esto desafortunadamente se ha ido perdiendo, pero esperemos que poco a poco se integren las familias a estas tradiciones tan propias de San Juan del Río.
No quiero dejar de comentar los tradicionales festejos en honor al Santo Entierro, mismos que se realizan también en la cuaresma y que son propicios para una gran cantidad de alimentos en las convivencias que suceden en los barrios de la ciudad y aunque son comidas diferentes a las mencionadas, son un deleite para los visitantes, mismas que concluyen con la entrega del “itacate” para que nadie se retire sin un poco de comida para llevar a su casa.
MT