Sergio Arellano/Asesor en Derechos Humanos
@siarellano5
El día de ayer mientras conducía, escuché en la radio, la mañanera del Presidente, López Obrador, quien externó soberanamente sus felicitaciones a las mujeres mexicanas que deciden marchar para expresar su sentir.
Bien se dice que esta fecha no es conmemorativa, por el contrario, es un espacio de reflexión para la población en general con la intención de reducir las brechas entre masculinidad y feminidad por motivos de discriminación, estigmas, prejuicios o un menoscabo por el simple hecho de ser mujer.
Como verá, estimada o estimado lector, este día en especial, sirve para recordar el status actual de los feminicidios, desaparición, violencia intrafamiliar, trata y explotación de menores, entre otras cuestiones que se suman a la falta de igualdad laboral y la cosificación de las mujeres.
Entre tantos temas por resolver, las asociaciones feministas, salen a las calles a exigir sus derechos gracias a que las instancias de procuración y administración de justicia, continúan herméticas, opacas y sin mayor intención de atender a la persona que busca una solución jurídica; la urgencia de sus peticiones puede significar la vida y la muerte en este país.
Para llegar al fin de mi reflexión, considero que más allá de un asunto mediático, el 8 de marzo tiene que verse con responsabilidad y compromiso entre la mexicanidad.
A pesar de que se afirma que no existe una mala publicidad, también es cierto que las cosas no cambiarán a menos de que transitemos a las acciones. Es tiempo de que propongamos, insistamos, busquemos y logremos los objetivos de esta causa. En cuanto a ustedes, ¿cuál fue su reflexión?