Yamile David
El próximo domingo 26 de febrero habrá una nueva marcha para la defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), y si bien este tema crea mucha controversia pues se ha sospechado de su operación a modo para favorecer a ciertos partidos políticos, lo que es un hecho es que esta Institución es la que representa nuestra democracia, y no podemos permitir que se debilite y lo que si debemos hacer es que funcione como debe hacerlo.
Cada vez existe una mayor preocupación porque las instituciones pierden aceptación, credibilidad y confianza por parte de los ciudadanos. Los aparatos del Estado que se construyeron para garantizar la gobernabilidad y paz social están en entredicho y eso afecta la estabilidad, la impartición de justicia, el desarrollo económico y contribuye al crecimiento de la desigualdad en el país.
Es imperante construir un orden a través del Estado de derecho y mantener las reglas muy claras y por supuesto, respetarlas.
Hoy el país está sumido en constantes cambios que si bien pueden tener como objetivo el ayudar a quienes menos tienen, el impacto en el debilitamiento de nuestras instituciones puede ser algo que vayamos a lamentar.
Sí, es cierto que la corrupción se ha metido en las entrañas de todo nuestro país (iniciativa pública y privada) y por supuesto que es urgente hacer una limpia de ello, pero la solución no es desaparecerlo todo, la solución es depurar toda esa suciedad, y solo se podrá hacer cuando la IMPARTICIÓN DE JUSTICIA sea una realidad en el país.
En la punta del iceberg, vemos pasar casos de corrupción donde claramente se roban millones de pesos, nos enojamos, nos indignamos, pero al final, no pasa nada, lo sustituye una nueva nota y para quien comete el delito, es solo dejar pasar cierto tiempo para que “las aguas se calmen” a la gente se le olvide y tan campantes y multimillonarios siguen con su vida. Esto es lo que sí debe cambiar YA.
Pero al hablar de las instituciones, debemos revisar a fondo su funcionamiento, mejorarlo y fortalecerlas con perfiles capaces, honestos y con visión estadista.
La participación ciudadana es fundamental para ello, demandar resultados, exigir transparencia y justicia, informarnos y señalar lo que no se hace bien, levantar la voz. Solo con una ciudadanía activa es como podrán verse cambios significativos.
2023 es un año decisivo para la democracia. Recuerden: “la política es demasiado importante para dejársela a los políticos”.