Seth Pérez
Tanto la escasez alimentaria como el cuidado al medio ambiente, nos obligan a modificar costumbres que en décadas significaron mucho para los mexicanos y para otras personas en el mundo. El arroz que se lanza sobre los recién casados como símbolo de abundancia, muchas iglesias y municipios lo han prohibido. Por igual el confeti ya no es bien visto, pero muchas personas se niegan a eliminar estos dos símbolos de alegría. ¿Qué podemos hacer?
Las celebraciones de año nuevo ya han modificado tanto el cielo como el festival. En varios países asiáticos y europeos así como en Acapulco, ya se han utilizado drones en lugar de los fuegos artificiales. Por un lado son más seguros y evitan un tipo de accidentes, pero sobre todo no impactan al medio ambiente. La celebración se puede lograr de igual forma, pero los creadores ahora son técnicos digitales especializados en aeronáutica, en lugar de artesanos de la pólvora.
Muchas celebraciones podrían cambiar y encontrar sustitutos con el mismo efecto y significado. Sin embargo, hacerlo pronto requiere de voluntad, imaginación y apertura. No solo es el arroz y el confeti lo que contamina, sino los empaques de regalos, la basura en carnavales, desfiles y muchas otras celebraciones que no han podido crear símbolos más amigables con el medio ambiente. ¿Usted qué opina?