Claudio Sarmiento y Juan Carlos Bravo
Casi todos padecemos los congestionamientos vehiculares por las obras viales, pero también vemos algo impactante: hay más personas en bicicleta circulando, ¡y fluyen más rápido que en automóvil! Tal fue el caso del columnista Adán Olvera quien pedaleó, en compañía de activistas ciclistas, durante 13 minutos un trayecto que le tomaba el triple manejando. Su experiencia recalca la necesidad de adoptar diferentes perspectivas a la movilidad.
El caos, estrés y violencias que se generan por ir a vuelta de rueda demuestra lo costoso que es mantener las condiciones óptimas para que el auto sea una buena opción de movilidad. Al contrario, el optar por caminar o andar en bicicleta rápidamente se hace factible, a pesar de no contar con infraestructura segura y cómoda. Es curioso cómo las bajas velocidades de los autos sobre la Av. 5 de Febrero han hecho más factible el caminar o pedalear. Estas prácticas no deben verse como una excepción mientras termine de construirse el Paseo 5 de Febrero, sino una oportunidad para mejorar estos tipos de movilidad, que son altamente deseables desde las perspectivas de salud, sostenibilidad y convivencia. Para ello, dejemos de homogenizar a la movilidad con el automóvil. Está probado que el tráfico de Querétaro no se resuelve solo con inversiones para el automóvil; se resuelve con múltiples mejores opciones de movilidad.
Todo esto no implica que la bicicleta siempre será mejor, pero sin duda, que el automóvil no debe ser ni la única, ni la mejor opción.
MT