Mucho polvo y polémica levantó la conmemoración de la promulgación de la Constitución en Querétaro, y es que la ministra presidente Norma le dio un piñazo más al presidente. Van ya dos en lo que va del año; el primero, cuando le ganó la presidencia de la SCJN a la abanderada del Palacio, Yasmín Esquivel, y ahora decidió ‘romper’ el protocolo que supuestamente debía de seguir, haciendo reverencia al presidente, pero, más que romper el protocolo, ella creó el suyo. Después de tener un periodo de la corte donde se dudó hasta el cansancio de su autonomía y la cercanía del presidente Zaldívar con AMLO, el actuar de la ministra permaneciendo sentada a la entrada del Ejecutivo nos hace creer que estamos ante una nueva etapa donde la división de poderes será la carta de presentación de la ministra Piña.
Estos gestos no gustan nada en el Palacio y por eso el presidente, para sacudirse un poco la incomodidad, sacó la puntada de que Piña debía agradecerle por ser presidenta, pues, gracias a él, lo logró, según, porque ahora el Poder Judicial es “libre”. El comentario no fue más misógino porque no se pudo, literalmente. Vaya que demeritar la experiencia de una eminencia jurídica, como lo es Norma Piña, es una más de las valentonadas que suelen darse por ahí de las ocho de la mañana y las cuales jamás reciben réplica porque al presidente no se le antoja darla.