Javier Esquivel
Las representaciones del Gobierno federal en los estados de la República se han convertido en nodos efectivos de difusión institucional, generación consensos y percepciones favorables de las secretarias y dependencias del gobierno federal.
Si bien es cierto que la propias secretarias y dependencias del Poder Ejecutivo-a través de sus políticas y programas anuales de comunicación social- son las responsables de generar su imagen y administración de percepciones y del manejo de su reputación al interior de la República, éstas se encuentran limitadas por las políticas centralizadas de la comunicación de gobierno.
La gran mayoría de las instituciones federales carecen de recursos financieros y de personal capacitado para emprender campañas publicitarias o de difusión masiva en los 31 estados de la República mexicana para dar a conocer, al menos, los trámites y servicios que por ley están obligados.
En los últimos años muy pocas dependencias cumplen con hacer una comunicación proactiva fuera de la Ciudad de México que les permita reforzar sus mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
Por citar un ejemplo, tan sólo un número reducido de instituciones logró informar oportunamente a la población de los estados sobre los temas de alta sensibilidad social como la protección a la salud y prevención de enfermedades.
En ese mismo sentido, las dependencias de la administración pública federal en el interior del país mantienen una baja presencia mediática y débil visibilidad en redes sociales, aunque en su momento las excepciones de la regla las marcan algunos funcionarios que persiguen fines electorales en sus jurisdicciones.
En la actualidad existe un grupo selecto de titulares de secretarias y dependencias del gobierno federal que tienen presencia informativa nacional o aceptan entrevistas a los medios de comunicación de los estados y pocos son los eventos de gran calado con autoridades locales donde se les visualiza.
Ante estas variantes, las oficinas de representación del Gobierno Federal en los estados de la República han propiciado que, con la percepción de la calidad de sus servicios, los usuarios tengan una opinión y repliquen su experiencia al resto de la población.
Más de la mitad de las oficinas de representación que subsistieron a los recortes y simplificaciones administrativas han logrado la suma de voluntades con los gobierno estatales y municipales y han mejorado la percepción sobre su capacidad para dar respuesta a problemas locales.
A través del seguimiento, acompañamiento, agilidad de los trámites y oferta de soluciones, en el marco de la ley, las representaciones y sus titulares envían un poderoso mensaje de que se puede hacer más con menos.
Sin una gestión noticiosa gubernamental o publicitaria, dichas oficinas han dotado a sus Secretarías de valores intangibles como la credibilidad y confianza reflejada en los indicadores de gestión y evaluación de la percepción de efectividad y cumplimiento.
Apunte del Consultor
Durante una reunión donde estuvieron presentes todas y todos los representantes federales a nivel nacional de la SEMARNAT, la Titular de la dependencia y altas autoridades de la Secretaría, distinguieron y destacaron el buen funcionamiento de su representación en Querétaro.
La representación, encabezada por Paloma Arce, ganó el primer lugar de eficiencia en la categoría de 1000 a 3000 trámites en la gestión ambiental.
Ejemplo que se puede mejorar la percepción de la administración pública sin gastos monumentales. Conectar, comunicar y convencer, como en todos los casos, es cuestión de estrategia.
@Javoesquivel.