Hugo Lora
El día de ayer, cómo todos los quintos días de febrero, los ojos de México están sobre nuestro estado. Se une la República y celebra el 106 aniversario de su unión, después de que hace más de 100 años vivimos turbulentos momentos que nos consolidaron como nación. Conmemoramos que desde 1917 cada mexicano puede mirar a cualquier otro y saber que es su par ante los ojos de la ley. Qué como uno de los grandes héroes de nuestra independencia auguró en “Los sentimientos de la nación”, la Constitución a todos nos reconoce como iguales. Pero desgraciadamente, muchas veces la realidad sobrepasa al papel y la tinta.
En muchos estados y municipios de nuestro país esta igualdad solo es un concepto que tienen como memoria los libros de texto. La violencia y desolación que se vive desgarran las letras grabadas en nuestra Carta Magna y hacen de su ley la injusticia. Esto no nos destina a la derrota, nos compromete a combatir los múltiples males que nos aquejan hasta llegar a ver que la realidad es como nuestra Constitución la va guionizando. Porque así es todavía nuestro país y su ley fundamental, una obra que con el paso de los años tendrá muchos protagonistas.
Y pareciera que no todos tenemos el papel protagónico, pero este es de quién se lo adjudica. Tu voz resonará tan fuerte como tú quieras dentro de este teatro y el papel que hagas debe de abanderar el de muchos más. Busquemos que esta gran obra no se convierta en una tragedia.