Raúl D. Lorea
En los últimos 20 años se ha popularizado la construcción de obra pública con la contratación de empresas contratistas.
Con ello se logró reducir la nómina burocrática al desaparecer las áreas de compras, adquisiciones y maquinaria, y reducir las áreas de supervisión y recursos humanos, así como la restricción de manejo de efectivo al pagar nóminas del personal de obra.
Sin embargo, eso genera costos adicionales a la burocracia, porque, además de los costos operativos de la obra y la empresa, también se paga la utilidad de la empresa contratista.
Para trabajos muy especializados es inevitable contratar empresas consolidadas en cada ramo (perforaciones, maniobras, infraestructura de telecomunicaciones, entre muchas otras), pero se podría generar economía al ejecutar trabajos, que no representen una gran inversión, por administración directa.
Dado el tamaño de proyectos que se ejecutan desde gobierno federal y estatal, esta modalidad le queda más cómoda a los municipios, donde, se pueden administrar de forma directa obras como los mantenimientos viales, conservación y ampliación de ciclovías, rehabilitación o construcción de parques, urbanizaciones menores (guarniciones y banquetas), etc.
En el municipio de Querétaro se ejecutan buenos proyectos de parques a través de la administración directa de la Secretaría de Servicios Públicos, valdría la pena extender las facultades de la Secretaría de Movilidad para que, por esta vía, cuente con personal directivo y operativo para las adecuaciones menores que requiere nuestra ciudad para una mejor movilidad peatonal y ciclista, sin gestionar grandes obras y haciendo cambios permanentemente.