Alejandro Gutiérrez Balboa
Como cada año, se lleva a cabo, del 16 al 20 de este mes, la asamblea anual del Foro Económico Mundial en Davós, Suiza. Y, como cada año, esta reunión estará acompañada de las más disímiles interpretaciones, desde las clásicas conspiracionistas hasta las que asumen a plenitud sus conclusiones sin poner ninguna objeción.
Este tipo de reuniones arrastra una larga cadena de antecedentes similares, porque éstos abarcan todos los espectros políticos. Desde las reuniones de las Internacionales Marxistas, que iniciaron en el siglo XIX, hasta las reuniones de la Comisión Trilateral que arrancaron a fines de la década de los setentas del siglo XX, los intentos de coordinar políticas internacionales para el logro de metas muy específicas se han concretado en agrupaciones de todo tipo.
Hasta el muy cuestionado ex presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado que lanzará desde Buenos Aires, Argentina, el próximo 23 de enero, una reunión internacional de cocaleros, esto es, de productores de la planta de coca, la base de la cocaína, con el pretexto de “crear el instrumento regional que permita consolidar un ámbito mayor” para las operaciones de estos productores, así como de los “pueblos plurinacionales de América Latina”.
Como suele ocurrir, las internacionales de izquierda y sus aliados, lanzan toda clase de acusaciones a los organismos como el Foro de Davós, sin un análisis serio y con base en pura propaganda política, por lo general, carente de verdad.
Como sea, es importante analizar lo que se dice y lo que se acuerda en ese tipo de reuniones. El Foro ha determinado 3 tipos de riesgos altos a nivel mundial, que no pueden soslayarse: el colapso de los Estados, la erosión de la cohesión social y el colapso de un sistemáticamente importante cadena de suministros. También problemas que implican riesgos medios: la mala información y la desinformación; la confrontación geoeconómica, las migraciones involuntarias a grande escala, el colapso o falta de infraestructura y servicios públicos, así como la crisis del costo de la vida. También analizan una veintena de riesgos menores.
Al margen de lo que se decida en Davós, resulta atinado el diagnóstico de los los riesgos a nivel internacional que enfrentan los países. Como muchos de esos riesgos han sido provocados por los gobiernos y políticas de izquierda, es lógico que ésta dirija las más furibundos descalificaciones y censuras a la reunión misma.