Empezamos el año observando lo que es una realidad en el Sistema Penitenciario de México, el pasado Domingo se realizó un motín organizado por personas armadas en el Centro de Reinserción Social (Cereso) Número 3 de Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se fugaron 27 reos y se tomó la vida de 24 personas entre custodios y personas que estaban privadas de la libertad.
Se nos mostró una realidad que tiene el Sistema Penitenciario en México, la sobrepoblación, pero sobre todo el autogobierno, lo que permite que dentro de los Centros se viva un ambiente de inhumano para las personas privadas de la libertad o en otros casos, privilegios que pudieran tener bajo esa condición.
Lo que pasó este domingo en Chihuahua nos da una óptica de la realidad, desde dentro de los Ceresos se puede planear este tipo de actos, cuando se descubre que los reos cuentan con armas de fuego, con drogas y hay una clasificación de privilegios entre ellos, todo permitido por los administradores del Sistema Penitenciario.
Un problema complejo de atender, no solo por los Centros de Reinserción Social, sino también por ser un problema global de las deficiencias del sistema judicial, los procesos judiciales, sentencias, entre otros.
La seguridad en México, es excepcional, un comando armado puede liberar a personas privadas de su libertad y también pueden sembrar el pánico en una ciudad completa como sucedió el día de ayer en Sinaloa. Es excepcional porque en pocas partes del mundo se puede vivir así y nuestro país es una de ellas.
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