Sergio Arellano/Asesor en derechos humanos
@siarellano5
Comenzamos este 2023 con una serie de metas colectivas y, por supuesto, particulares. Sirva este primer artículo del año para agradecerles su compañía, retroalimentación y confianza para abordar ciertos temas jurídicos con un enfoque de derechos humanos.
Por otro lado, esta columna de opinión con más de cinco años de antigüedad es gracias a la familia editorial del periódico AM de Querétaro, que me ha permitido el ejercicio de la libertad de expresión en vías de proponer, cuestionar y reflexionar sobre lo que nos aqueja.
Comienza un año que traerá grandes retos en materia de derechos fundamentales y con el favor de usted, estimada o estimado lector, me permitiré analizar lo más trascendente en el mundo de los abogados, dirigiéndome a los ‘no abogados’, ya que la justicia tiene que ser entendible para cualquier persona y debemos de conocer nuestros derechos constitucionales.
Como he mencionado en colaboraciones anteriores, podemos ser defensores de derechos humanos sin la necesidad de haber estudiado una carrera de leyes; lo que necesita este país es que los ciudadanos levanten la voz ante las arbitrariedades y sepan exigir lo que les corresponde.
En esencia, esa es la intención de esta colaboración semanal: despertar el interés de quienes amablemente nos distinguen con su lectura y que puedan tomar este consejo legal para defender a quienes no tienen la oportunidad de hacerlo por sí mismos, ya sea por desconocimiento o falta de oportunidades. Reitero mi agradecimiento, no sin antes desearles éxito, salud y la constante afectividad de sus seres queridos.