Fernando Islas
Inicia el 2023, un año de experimentación electoral, donde todos aquellos que se consideran parte de la clase política, están atentos a los eventos donde pueden tomarse fotos con quienes piensan pueden encabezar candidaturas o por lo menos ser garantes de que a cambio de lealtades temporales, les invitarán a formar parte de algún proyecto. Morena es sin duda alguna el partido que vive la mayor migración de nuevos simpatizantes, con el fin de adherirse a las filas obradoristas, es hasta de risa ver a personajes que antes votaban con el rosario en la mano, hablar sobre su “respaldo” al proyecto del presidente, como si el pasado pudiera borrarse de un plumazo.
A nivel local vemos un Morena rejuvenecido, la actual dirigencia entendió que el militar y representar es labor de calle y de trabajo con la base y no de reflectores, desayunitos en hoteles y de grilla barata, aunque justo aquellas y aquellos que probaron la derrota en el pasado proceso interno del partido guinda, ahora se mueven por Querétaro y algunas otras entidades dando platicas de apoyo a López Obrador, cuando la intención de fondo radica en la aspiración de crear un partido político paralelo. Como no pueden ganar en las internas, quieren amagar desde una trinchera propia.
Habrá que ver hasta donde avanza este sueño de algunas asociaciones civiles, porque lo mucho o poco logrado fue porque contaron con la efímera voluntad de apoyo de Mario Delgado, mismo que en público ya desdeño a más de un grupo que creen que la transformación se hace con reels y fotos en facebook. Tiempo al tiempo, las aguas se mueven de manera violenta antes de tiempo, sin embargo no hay tormenta que dure 100 años, a esperar.