Alejandro Gutiérrez Balboa
A poco de cumplirse un año de la agresión rusa a Ucrania, y ante la reciente visita del presidente Zelenski a Washington, el conflicto asoma una serie de afectaciones al equilibrio mundial y a futuros choques entre países.
En efecto, la ayuda occidental a Ucrania ha fluido a cuentagotas, apenas para que no sea aplastado por el poder del oso ruso y tomando en cuenta varios factores: no empoderar más a la oligarquía ucraniana, similar a la rusa, que mantiene el control de los principales resortes económicos y políticos del país invadido; evitar una humillación rusa pudiera escalar el conflicto a niveles atómicos; evitar que el conflicto escale e involucre a más actores; evitar que el flujo de materias primas rusas a Europa se vea cortado, particularmente el gas; y mantener la Unidad europea en lo esencial.
La inesperada resistencia ucraniana y sus contrataques, con el evidente propósito de expulsar a los invasores de su territorio, ha mostrado que este objetivo es perfectamente alcanzable si Occidente proporciona más y mejor material al gobierno de Kiev.
Por el lado ruso, las cosas no han resultado bien y ello ha movido al Kremlin a incrementar los bombardeos a ciudades y objetivos ucranianos a diario, a implementar una nueva campaña interna de reclutamiento de más combatientes, algo fuera de lo planeado; a presionar a Bielorrusia a que se involucre en el conflicto con la muy probable apertura de un nuevo frente de guerra y a tomar medidas de represalia contra Europa por el mínimo apoyo a Ucrania. Adicionalmente, las medidas de bloqueo de Azerbaiyán contra Armenia encienden otro conflicto que involucra a los rusos.
La lógica de equilibrio dentro del acto de la invasión rusa a Ucrania fue asumida inicialmente por Europa y a ella se adhirió Estados Unidos. El viaje de Zelenski ha buscado convencer a este país de que es posible evitar el colapso ucraniano y hasta expulsar a los rusos siempre y cuando fluya más material bélico. De no ser así, el costo calculado por Europa de todas maneras se incrementará.
En las próximas semanas veremos eventos que impactarán en el desarrollo de esta guerra. Sean cual fueren, la destrucción de Ucrania y una eventual imposición de un alto al fuego sin haber conseguido recuperar las tierras invadidas alentará la frustración en este país lo que de ninguna manera implicará el fin del conflicto.