Mario Maraboto
La “exitosa” marcha del pasado domingo, convocada, organizada y pagada desde la cúpula del poder en México, sí fue un striptease al poner al desnudo al presidente y mostrar en toda su desnudez que es un populista autoritario.
Ya desde antes de asumir formalmente la presidencia empezaba a mostrar lo que vendría con, por ejemplo, la “consulta” sobre el nuevo aeropuerto; una consulta “patito” cuyo resultado “favorecía” la opción preferida por él; una simulación para justificar una decisión autoritaria, típica de los populistas.
Estudiosos sobre el tema del populismo coinciden en que los populistas contemporáneos fundaron su legitimidad en una alternativa política frente a los partidos históricos, y que ya en el poder introducen nuevos mecanismos constitucionales de “democracia directa”, tales como la consulta popular y la revocación de mandato. (¿te suena?)
El libro “Dictadura en América Latina; Nuevas Aproximaciones Teóricas y Conceptuales” de María Victoria Crespo, Profesora Investigadora de tiempo completo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos quita, pieza por pieza, lo que podríamos considerar la ropa que cubre la desnudez de los populistas. En síntesis:
Fuera camisas. Lo que busca el populista es mostrar que es más fuerte que los poderes fácticos tales como los medios de comunicación, el capital financiero internacional, o los holdings privados. (¿te suena?)
Fuera camisetas. “La política cotidiana en el populismo se transforma en una aclamación permanente del líder a través de diversas formas de expresión pública: marchas, discursos, actos convocados por el líder. El o la presidenta tienen la capacidad política, basándose en su legitimidad mayoritaria, de sobrepasar los límites constitucionales de la separación de poderes, a través de súper-mayorías en el Congreso y nombrando o cooptando jueces amistosos.” (¿te suena?)
Fuera pantalones. “Otro exceso autoritario del populismo es el desdibujamiento de la separación de poderes por medios políticos y la centralidad del poder ejecutivo con tendencias mesiánicas” (¿te suena?).
Fuera zapatos. Los populistas llegan al poder de forma democrática pero, fundados en eso, “los presidencialismos populistas han deteriorado la separación de poderes, obteniendo efectivamente la mayoría en el congreso, y cooptando a los jueces.” (¿te suena?)
Fuera calcetines. El “giro autoritario” de los regímenes populistas contemporáneos, por lo general se hace más evidente en la medida en que comienzan a desgastarse y a entrar en crisis, momento en que se exponen los aspectos coercitivos y violentos de estos regímenes. (¿te suena “desacaten a los jueves”?)
Fuera calzones. Para los populistas “la democracia es entendida como la expresión mayoritaria del ‘pueblo real’ (¿te suena el ¿pueblo bueno?), unido simbólicamente por nociones de ‘unidad total’ y ‘homogeneidad’, y articulado por una idea de justicia, equidad o un líder que encarna estas ideas.”
La autora también asevera que “los poderes púbicos continúan funcionando, las elecciones se continúan celebrando, pero hay zonas, espacios, esferas, agujeros donde la clandestinidad, la violencia, la opresión, la vigilancia, el control, así como la ausencia del estado de derecho, de controles judiciales y de mecanismos de rendición de cuentas dominan.”
No es coincidencia la descripción que hace la autora contra lo que México está viviendo. La marcha del orgullo narcisista fue un striptease que puso al desnudo a este régimen y a su líder.