Enrique Álvarez/CRÓNICAS MUNDIALISTAS DÍA 5
No hay gigante que se sostenga eternamente. Así como la Torre de Babel no se sostuvo en cuanto cambiaron el idioma a sus habitantes, así las grandes potencias han comenzado a sufrir cuando los equipos pequeños le ponen orden a su juego.
Quedó claro que el talento ya no es suficiente para ganar en el futbol. Talento le sobra a Argentina y Alemania. Sin duda sus jugadores son mejores que los de Arabia y Japón. Pero cuando estos equipos que son considerados chicos establecieron una estrategia para enfrentar a los gigantes del futbol, encontraron la fórmula para vencer.
Arabia venció a Argentina. Japón derrotó a Alemania. En ambos casos podemos afirmar que no fue casualidad. Los equipos chicos comenzaron perdiendo. Supieron acomodarse a ir abajo en el marcador. Ajustaron sus líneas. Y sin alocarse, con una idea fija, lograron triunfar.
Mientras les escribo estas líneas escucho el Bélgica vs Canadá. El desarrollo del partido es una calca de lo que les he escrito. Canadá que es un equipo chico está dominando a un gran equipo como Bélgica. Solo que aquí los norteamericanos no han sido eficientes en el ataque. Pero la conclusión es la misma. Se redujeron las distancias.
También hay otra forma de entender esta lección. Enfrentar talento contra talento llevará al triunfo al más virtuoso. España masacró 7-0 a los Ticos que no ajustaron cuando comenzaron a ser superados. Los chicos maravilla Pedri y Gavi mostraron todas sus habilidades y consiguieron el marcador más contundente hasta el momento.
Para los intereses aztecas, debemos de identificar que Arabia hizo sangrar al semidios argentino Messi. Nos mostraron que no es inmortal. Nos mostraron el camino para derrotarlo. Ya está herido. Para acabarlo, el plantel mexicano requiere de todo lo que adolece el país: orden y mesura.