El pasado lunes falleció el padre J. Luis Landaverde Sánchez, un ejemplo de sacerdote entregado a su vocación, entregado a su ministerio, pero sobre todo entregado a sus semejantes. Pareciera ser común, desafortunadamente, que ahora muchos ministros de culto de cualquier credo no realicen sus labores a las que han consagrado su vida. Sin embargo, siguen existiendo sacerdotes comprometidos con su fe, con lo que han estudiado y con lo que trasmiten a sus feligreses. El padre Landaverde, es un ejemplo de esos sacerdotes que se comprometen enteramente con su fe.
El padre Luisito, como cariñosamente lo llamábamos, era un ejemplo de sacerdote católico en todos los sentidos, era una persona sumamente puntual, muy ordenado, estudioso en todos los temas, pero sobre todo muy atento con todos sus fieles a quienes los escuchaba y los ayudaba permanentemente.
Recuerdo aún en los últimos años llegaba con mucho tiempo de anticipación a celebrar la misa en el Templo de Santo Domingo, él mismo preparaba el altar y la hora indicada del inicio de la celebración comenzaba, ni un minuto fuera de lo estipulado. Sus homilías eran ejemplo de bondad, en donde comenzaba explicando lo proclamando en las lecturas para concluir con su aplicación en la vida cotidiana. Eran una verdadera catedra sus homilías, con un lenguaje sencillo para que se entendiera sin ninguna dificultad.
El padre J. Luis Landaverde Sánchez, nació en la ciudad de Santiago de Querétaro el día 26 de junio de 1925 y fue bautizado el día 6 de julio de 1925 en la parroquia de San Sebastián, en la “otra banda” de la ciudad.
EL 21 de diciembre de 1936, a los 11 años ingresó al Seminario Conciliar de la Diócesis de Querétaro, siendo ordenado sacerdote en día 17 de diciembre de 1949 por el Excmo. Señor Obispo Don Marciano Tinajero y Estrada en el Templo de San Antonio, celebrando su primera misa en el Templo de la Congregación al día siguiente.
Entre sus cargos, podemos destacar, Director de la Escuela Apostólica del Seminario, Prefecto de Disciplina en el Seminario Mayor y Vicerrector de este. Capellán en el Templo de la Congregación; Secretario Canciller de la Sagrada Mitra; Ceremoniero de la Catedral.
Fue nombrado Vicario Episcopal de la Sierra de Querétaro en 1968; en 1970 fue designado Cura Párroco de San Juan Bautista en San Juan del Río; en 1971 fue nombrado Decano de San Juan del Río; en 1981 fue designado Cura Párroco en Santa María Amealco; fue miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores; en 1991 se le designo Cura Párroco de San Francisco de Asís en Colón; en el año de 1996 fue nombrado Cura Párroco de la Purísima Concepción en Hércules, Querétaro; y desde 2003 hasta 2018 fue rector del Templo de Santo Domingo en San Juan del Río, hasta el pasado lunes estaba en situación de jubilación.
Toda una vida de servicio a Dios y al prójimo fue lo que nos dejó el padre J. Luis Landaverde Sánchez, quien descansa ahora en el cementerio municipal de San Juan del Río. Descanse en paz.
MT