Enrique Álvarez/CRÓNICAS MUNDIALISTAS
Un evento deportivo global como la Copa del Mundo no es ajeno a la política o el poder. Hace 2 días la tensión que se vive entre Rusia y Ucrania se extendió a Polonia, donde se registró la explosión de un misil. Accidente o provocación, fue suficiente para que el avión de la delegación polaca viajara escoltado a territorio catarí por 2 aeronaves cazabombarderos F-16.
Este hecho, aparentemente lejano, incumbe directamente a la Selección Mexicana, pues los jugadores polacos son el primer rival de los aztecas. Tan solo faltan 4 días para el primer duelo, por lo que este hecho influirá directamente en el rival. O lo desconcentra por la intranquilidad de la situación en su país, o lo motiva a grado tal que saldrán como una locomotora.
Una tensión diferente (la primera de muchas que se suscitarán) se vivió en tierra mundialista. Un periodista danés transmitía en vivo cuando policía catarí llegó a impedir la cobertura televisiva alegando que no estaba permitido. El periodista, empoderado por la transmisión en vivo a sabiendas de que cualquier arresto, agresión o mal trato sería captado por la cámara, encaró al agente de seguridad indicando que se encontraba en un lugar público y que ellos, al realizar la Copa del Mundo, habían invitado a toda la gente a su país. El incidente no pasó a mayores, pero la nota ya le dio la vuelta al mundo.
Aún no rueda el balón y los incidentes extra cancha ya comenzaron a surgir. Por lo pronto un grupo de mexicanos ya subió una foto en el aeropuerto previo a su viaje a Catar, donde las máscaras de Santo, Blue Demon, Octagón, Pierroth, Fuerza Guerrera y Místico protagonizan la fotografía. Desde hace más de un año fue anunciado que estas prendas no serían permitidas, pero al fin y al cabo mexicanos, las máscaras ya viajan a Catar. Con que no lleven tequila en la maleta, las máscaras son lo de menos.