Mario Maraboto
A principio de este mes causó revuelo el conocimiento de una encuesta realizada para el Instituto Nacional Electoral (INE), por una reconocida casa de investigación.
El resultado de esa encuesta originó encabezados periodísticos como: “Encuesta del INE revela que 9 de 10 mexicanos quieren la Reforma Electoral de AMLO”; El 51% de ciudadanos está a favor de reforma electoral, señala encuesta del INE”, “Encuesta del INE le da la razón a AMLO: Casi todo México quiere una reforma electoral”. Los resultados han sido difundidos como un éxito por los morenistas.
Esta encuesta se levantó entre el 9 y 10 de septiembre de 2022 y se basó en entrevistas telefónicas individuales a población de nacionalidad mexicana con teléfono celular, mayor de 18 años y con credencial de elector. La muestra se integró con 400 entrevistas efectivas distribuidas en las 32 entidades del país, con un nivel de confianza de los resultados obtenidos del 95% con un margen de error de ±5.0 puntos porcentuales.
Con respeto a las casas encuestadoras, aun cuando ante una población superior a las 1,000 personas se considera que 400 son una muestra, tengo dudas respecto a la generalización de los resultados asumiendo que es la opinión de la mayoría de la población dado que en la metodología no se habla de una muestra representativa, que es aquella en la que las características de los individuos coinciden estrechamente con las características de la población en general.
Realizar 400 encuestas en 32 entidades implica efectuar 12.5 entrevistas por estado; pero si se considera el tamaño de la población de cada uno, la muestra tendría que ser mayor. De acuerdo con el criterio de más de 1,000 personas, por ejemplo, en el estado de Querétaro, de poco más de 2 millones de habitantes, la muestra tendría que ser de 400 personas, y así, en cada estado, de forma que en realidad deberían realizarse un total de 12,800 entrevistas para integrar lo que considero pueda ser la muestra representativa de las entidades.
Pensemos, por ejemplo, en una encuesta realizada en alguna ciudad para conocer la opinión de sus habitantes respecto a ciertas medidas viales. Si sólo se recoge la opinión de los barrios ricos la opinión sería positiva pero poco fiel, ya que estos representan un mínimo porcentaje de la población total de la ciudad y tiene automóvil. La clase media y las clases bajas constituyen el mayor porcentaje de habitantes de esa ciudad, en donde la mayoría de la clase media tiene automóvil y el grueso de la clase baja emplea transporte público.
¿Cómo determinar la muestra representativa de la distribución socioeconómica de sus habitantes? De manera simplista podría decir que sería mediante una distribución porcentual del número de habitantes de cada nivel socioeconómico, es decir, los menos serían los de clase alta y los demás se distribuirían entre los de clase media y clase baja.
Me parece que la representatividad de una muestra no sólo se determina por la cantidad de personas a entrevistar, sino por las características de los integrantes de la muestra, ya que, si las tipologías de los individuos de la muestra no coinciden con las de la mayoría de la población, sería un error generalizar. Creo que eso sucedió con la encuesta del INE.
Determinar números telefónicos aleatoriamente no permite conocer las características de los encuestados excepto por su género, edad, nivel de escolaridad o filiación política, pero difícilmente se podrá determinar su nivel socioeconómico y si coincide con las características de la mayoría de la población. Además, sólo se representa a la población que tiene teléfono y no al total, y no se reporta el nivel de rechazo que se tuvo para poder estimar el verdadero margen de error. Estamos pues, ante un panorama de probabilidades, pero no de certezas. Las encuestas sólo son una fotografía del instante en que se realizan; la del INE se realizó en septiembre; si se hubiera realizado el domingo, en coincidencia con las marchas en todo el país, el resultado sería diferente.
Independientemente de la encuesta y de las repercusiones de las multitudinarias marchas del pasado domingo, estoy convencido de que el INE no debe ser tocado, excepto para mejorar lo que hasta ahora ha realizado, pero sin la intervención de organismos del gobierno.