Seth Pérez
El amor a los animales provocó que en muchos países destinaran espacios en parques para que los perros pudieran estar confinados y esto provocó una ola de lugares que imitaron tal acción. En la Ciudad de México el Parque México en la Condesa destino un gran espacio donde vemos ahora el polvo que provoca el correr de los canes en lugar de pasto o arbustos. Sin embargo, en Barcelona estos espacios han regresado a las personas, específicamente para los niños. ¿Cuál es la justificación?
Las autoridades de Barcelona registraron que aumentó la contaminación alrededor de los parques por excremento de perros. También que estos espacios provocaban olores y polvo que enfermaba, un ambiente árido y con las lluvias la tierra con hojas se almacenaba en las alcantarillas. Pero la justificación mayor fue que los parques eran menos visitados por familias y niños. Parecería extraño pero ahora comentan los ciudadanos que ven más niños con sus cuidadores y les agrada más.
El debate puede llevar a los amantes de perros y familias, a pelear por ganar el espacio público. Pero sería bueno registrar datos que permitan medir los efectos de políticas públicas tan simples como esta. Así todos podríamos conocer ventajas y desventajas de estas decisiones. Por ahora en México parece que muchos parques buscarán darle un espacio a los perros. ¿Usted qué opina?