Enrique Álvarez
Dice una canción “Sabia virtud de conocer el tiempo…”, y es tiempo lo que debemos de considerar al analizar el futbol y juzgar a directivos, técnicos y jugadores.
Frecuentemente, al calor de las emociones y con respaldo de pocos resultados la prensa y los aficionados emitimos juicios sin considerar que el deporte debe de juzgarse por ciclos y no por el resultado de un partido.
“Perdón Bilardo. ¡Gracias!” decía una manta colgada en el Estadio Azteca la tarde de la final de la Copa del Mundo 1986. Los argentinos querían fuera al Doctor Bilardo antes de que se jugara el mundial del 86. Terminaron campeones.
Podría seguir poniendo ejemplos globales, pero deseo concentrarme de manera local en Querétaro (Si me lees en internet, recuerda que esta columna es publicada en un diario Queretano).
Durante la administración de Grupo Imagen, la directiva de Gallos Blancos comandada por “El Calaco” y “El Capi” fue duramente cuestionada. Hoy se añora su trabajo en fuerzas básicas, se extrañan sus buenas contrataciones, pero sobre todo, se desea tener la expectativa que generaban al inicio de una nueva temporada.
La llegada de Leo Ramos con unos buenos partidos y puntos importantes ganados generó optimismo y buenas críticas. Todo terminó de manera oscura y sombría. Mismo efecto generó Gallos Femenil. Buen futbol, una liguilla y después decepciones.
Hoy estamos a 44 días de la Copa del Mundo. La Selección Mexicana no ofrece buenas expectativas. Un gran sector de la afición no siente empatía con el TRI (yo soy uno de ellos). Pero la historia de los últimos 40 años dice que México siempre da una buena primera ronda y siempre genera ilusiones (aunque siempre dice adiós en el cuarto partido). Predicaré con el ejemplo y no diré más que esta selección no juega bien y no emociona. Citemos de nuevo la canción inicial: “Como dice el refrán, dar tiempo al tiempo…”.