Fernando Islas
Este mes no ha sido exclusivo de festejos patrios. Nuestros representantes han aprovechado las últimas semanas para hacer gala de sus supuestos logros al frente de su cargo. Repiten una y otra vez que su principal objetivo es que a Querétaro le vaya bien y que, por consecuencia, la calidad de vida de los queretanos y queretanas sea ejemplo a nivel nacional. La realidad tras estos discursos sin contenido es su ambición e interés por seguir viviendo del erario público, con la máxima de que el prometer no empobrece; transitan periódicamente de un cargo a otro, sin rendir cuentas ni entregar resultados a la ciudadanía que los mantiene.
Me preocupa el gasto excesivo que ejercen en materia publicitaria desde presidentes municipales, legisladores, regidores, hasta llegar al propio gobernador. ¿En verdad es necesario destinar tantos millones de pesos para informar sobre su trabajo que a juicio de la ciudadanía no es palpable? Desde mi punto de vista, urge regular este derroche autorizado. No podemos seguir tolerando que existan presupuestos millonarios en publicidad, mientras hay comunidades a unas cuantas horas de la zona metropolitana de Querétaro que carecen de los servicios básicos.
No soy iluso. No espero que esto cambie por lo menos en los próximos dos años, pero al igual que usted, estimado lector, espero que en un futuro no muy lejano nuestros impuestos se inviertan en transformar la realidad social de nuestra entidad y no en promocionales que terminan en el basurero municipal.