José Urquiza Ruiz
Hace 3 años que se anunció el proyecto del Viaducto Poniente, nuestro Consejo se dio a la tarea de analizar el contexto urbano y la problemática vial que, según nuestro criterio, se debía atender para que la obra tuviera un enfoque y beneficios sociales. Nos percatamos de la barrera física constituida por el nodo vial entre el Bulevar Bernardo Quintana y la Avenida 5 de Febrero, que representa el mayor obstáculo para la ciudadanía que se mueve por la zona. Además segrega las colonias Las Américas y San Pablo y obliga recorridos peatonales de +1.5 kms por puentes anipeatonales o por entronques riesgosos en donde los autos van con exceso de velocidad.
Desde entonces emitimos un diagnóstico a la Secretaría de Obras Públicas municipal y propusimos realizar un paso peatonal a nivel, directo y seguro, cruzando por debajo del Bulevar. El paso regeneraría este espacio público olvidado mediante senderos, jardinería y lugares de esparcimiento. La propuesta no se incorporó al proyecto original por exceder sus tiempos, alcances y presupuestos, pero el proyecto sigue con muy buena aceptación, incluso quedando en segundo lugar de la más reciente iniciativa del programa de Gobierno Abierto.
Con el proyecto Paseo 5 de Febrero se abre de nuevo una oportunidad para que los gobiernos estatal y municipal logren la integración peatonal y ciclista que se ha quedado a deber en dicho entronque y que se hagan obras congruentes con la jerarquía representada en la pirámide invertida de la movilidad.
MT