Fernando Islas
Increíble, así se puede definir el proceso electoral de Morena, no solo porque durante el registro se criticó la apertura para ser parte de los consejos estatales y las famosas ‘rasuradas’ que hubo, sino que el acarreo y las marrullerías imperaron durante el día de la votación e incluso durante el lapso de análisis de impugnaciones.
Pero, ¿dónde se encuentra lo increíble aquí? Si pareciera que se está hablando de cualquier proceso relacionado con los hoy partidos de oposición, pues, estimado lector, lo fuera de serie es que aquellos llamados impresentables no tuvieron oportunidad de integrar la hoy nueva dirigencia de Morena, con excepción de una cartera de la cual hablaremos en otro momento. Contra todo pronóstico, la militancia obradorista en el estado se encuentra bien representada en la figura de la doctora Rufina Benítez Estrada y la hoy presidenta del Consejo Estatal, Rosalba Vázquez.
Esto fortalece al partido morenista en la entidad, que en el pasado no encontraba liderazgo alguno en quien presidía el Comité Ejecutivo Estatal, situación que desde la organización de la militancia se logró revertir, demostrando una vez más que el camino de la dignidad es el único a seguir. Grandes retos le espera a la nueva dirigencia morenista en Querétaro; tienen el compromiso de componer todo aquello que en los últimos tres años había dejado de hacerse, por incompetencia o desidia al servicio del poder. Eso solo lo saben quienes entregaron la estafeta.
Vientos del pueblo, los que soplan en Morena Querétaro.