Kike Mireles
@KikeMireles
Dice el Presidente Andrés Manuel, que ya no hay impunidad para nadie, ni para sus hijos, ni para su familia.
Lo dice en medio de la polémica de corrupción de SEGALMEX, dónde “alguien” se “equivocó” y puso 9 mil millones de pesos dónde según no era; y el responsable de la dependencia en ese momento, Nacho Ovalle, solo fue removido de su cargo, para ser nombrado inmediatamente como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal de Andrés.
Cosa que se veía venir desde el principio, el resultado no podría ser diferente cuando le confiaron semejante enmienda al que fuera el mayor desmantelador de la CONASUPO; Ovalle pa’los que no sabían, trabajó con Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, de la Madrid y por supuesto, Salinas de Gortari, y en todos sus cargos estuvo rodeado de escándalos de corrupción.
Dice que no hay impunidad cuando su mismo hermano Pío pide la fiscalía que lo cite por el caso del dinero que le dieron en Chiapas, y la fiscalía dice que no tiene planeado llamar al presidente.
Lo dice cuando su hijo mayor se burla de la “austeridad Republicana” y presume ser absuelto de conflicto de interés, por una auditoría hecha por la misma empresa acusada del mismo y que recibió contratos millonarios después de que José Ramón vivió en la casa de uno de sus altos ejecutivos.
Que no hay impunidad cuando después de la ola de violencia del fin de semana, Monserrat Caballero, alcaldesa morenista de Tijuana, le pide al crimen organizado que le cobre las facturas a los que nos les paguen sus extorsiones, no a todos, y que por favor, se arreglen entre ellos.
No pues qué bueno que no hay impunidad Señor Presidente, porque si no imagínate.