Enrique Álvarez
Ayer me encontré con la noticia de que se agotaron los boletos el mismo día en que salió a la venta la primera fase de boletos del juego de NFL en México, destinada en exclusiva a los tarjetahabientes del banco patrocinado. Ni duda cabe que lo mismo pasará cuando se abra la venta general.
Esto no es nuevo. Ha pasado en los anteriores eventos de NFL, de NBA, de F1 y en el juego de exhibición de Roger Federer. Esto es un reflejo de que la afición mexicana al deporte está ávida de buenos espectáculos aunque el precio sea elevado (porque ninguno de los eventos mencionados tiene boletos baratos).
En TV sucede lo mismo. Netflix acaparó audiencias con su serie “Drive to survive” de la F1. HBO ganó suscripciones con los derechos de la Champions League y Paramount ha apostado a lo mismo al adquirir los derechos de la Premier League.
Mientras esto sucede, la liga mexicana sigue a su ritmo. Quitan el descenso, mueven franquicias y no hay grandes contrataciones. No digo que la Liga Mx sea un mal producto. A mi me gusta. Lo que digo es que la globalización los rebasó por la izquierda. Y las ligas extranjeras y eventos con sus derechos de TV los rebasó por la derecha. Todos los deportes están tomando una rebanada de pastel del tiempo y del presupuesto del aficionado mexicano.
En Noviembre tendremos una radiografía del estado del futbol azteca frente a sus competidores: LA NFL decidió jugar el Monday Night en México un día antes del debut mundialista del Tri en el mundial de Qatar.
La NFL requiere atención, reflectores, medios, interacción en redes sociales, y no dudó en competirle de tu a tu a la Selección Mexicana. Esta temeraria decisión de los gringos debe de poner a pensar mucho a los directivos de la industria del futbol mexicano.