Raúl D. Lorea/Arquitectura y ciudad
@ArqLorea
La situación del agua potable en Querétaro requiere de nuestra atención y en todos los rubros. Cosas tan sencillas como cubrir nuestros patios con concreto en lugar de dejar jardines o áreas permeables, impiden que se reabastezcan los mantos freáticos de nuestra ciudad.
Por otra parte, desde la obra pública puede irse haciendo una diferencia positiva al respecto. Tras observar las regeneraciones que está haciendo el Gobierno del Estado en algunos fraccionamientos ya antiguos de la capital, podrían hacer algunos ajustes menores que pondrían su grano de arena en favor de la absorción del agua y la ecología.
Estuve observando y los fraccionamientos intervenidos no cambiaron gran cosa, únicamente se mejoró la superficie de rodamiento y se reconstruyeron las banquetas pero sin mejoría para los peatones salvo en las esquinas donde colocaron pasos peatonales a nivel.
Sin embargo, una pequeña acción que haría una gran diferencia, podría ser colocar árboles donde no los hay, especies endémicas que no requieran riego en épocas de baja precipitación pluvial pero que permitan contribuir a la mejora del microclima en la calle, generando también una jardinera que brinde un espacio para absorción del agua y una sombra para los habitantes de cada colonia.
Muchas veces se considera que con una obra se soluciona un problema, sin embargo, además de la obra, podemos incluir pequeños detalles o acciones que impulsen un cambio más profundo, en nuestra cultura y nuestros hábitos en pro de un mejor medio ambiente.