Iván Torres/Rotaciones
Jamás el futbol mexicano había estado tan inmerso en la mediocridad como en estos tiempos. Ni en aquellos obscuros años de la década de los 80, de Rafael Del Castillo como presidente de la Federación Mexicana de Futbol, se tuvo tan pocos resultados.
Irónicamente cuando las ligas, que se supone con las que competimos, están en auge actualmente, la nuestra está dentro de un acantilado en caída libre. Siquiera en aquella época, los cuatro equipos grandes de la liga daban espectáculo, Chivas fue campeón, Pumas no sólo ganaba en la liga, exportaba jugadores (Hugo Sánchez, Luis Flores, Manuel Negrete), ganaba copas internacionales, el propio América y Cruz Azul teniendo batallas épicas, duelos muy recordados, finales históricas.
Pero en materia de selección, no tuvimos ni Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y mucho menos en Seúl 1988, de pilón y por el problema de los cachirules, nos perdimos de la Copa del Mundo de Italia 1990. Después de esos años, hubo una revolución dentro de la FEMEXFUT, se cambiaron los derechos de televisión, tras el cacicazgo de Televisa, y el tricolor cambió de dirigencia, en ese entonces llegó César Luis Menotti, técnico campeón del mundo en 1978, como un caudillo importante de esa revolución.
Hoy anuncian la salida de toda la planilla que conforma la dirección de selecciones nacionales por no calificar a Juegos Olímpicos en la rama varonil, ni en la femenil, el tricolor mayor no tiene forma ni fondo, pero hay que entender que la cabeza y quien toma las decisiones también está en capilla y es responsable, Yon De Luisa y máximo jerarca de la FEMEXFUT tiene la culpa porque la selección es una consecuencia o un reflejo de lo que se ve todos los fines de semana en las canchas del país.
Malos partidos, no hay descenso, poca competencia hasta que llega la liguilla, equipos con directivos que van y vienen sin dinero, violencia en las canchas, malos controles de accesos a los estadios, árbitros que no entienden la benevolencia de la tecnología y su pérdida de autonomía dentro del campo. Jugadores de poca monta.
No tenemos competencias, no hay Copa Libertadores, Copa América, no dominamos en la Copa de Oro. Lo cierto es que consumimos en futbol mediocre, se necesita una revolución.