Sergio Arellano/Asesor en Derechos Humanos
@siarellano5
Seguramente se preguntarán el motivo de este artículo. Quiero explicarlo de manera muy sencilla porque no refiere a un tema estrictamente de abogados. Cuando observamos nuestros derechos fundamentales en el filo de la cuerda; es decir, comprometidos o vulnerados, nuestro deber es hacerlo de conocimiento de las autoridades jurisdiccionales o con las que laboran en los órganos constitucionales autónomos. En otras palabras, las Comisiones de Derechos Humanos.
Es una realidad que cuando interponemos una queja ante estos organismos, nos enfrentamos a muchos retos. En especial, sabemos que no tienen el personal y/o presupuesto suficiente para encontrar las soluciones por posibles violaciones cometidas en contra de la comunidad. Además de que solo intervienen cuando se ve involucrado un agente de la administración pública.
Si estudiamos más a fondo nuestro texto constitucional, las personas servidoras públicas en el ámbito de sus competencias, tienen el deber de respetar, promover y garantizar los derechos humanos. En este artículo en específico, me dedicaré a las y los alcaldes en virtud de que la ciudadanía acude a ellos en una primera instancia cuando se presenta una problemática en sus colonias.
Es por ello, que en congruencia con lo que les comento, sería una responsabilidad para todos nosotros, exigir la creación de aquellos organismos de orden municipal para recepción de quejas y/o denuncias en esta materia para atender las necesidades de esa circunscripción. Un ombudsperson municipal; lo que significaría, defensor del pueblo municipal.
En otras entidades de la república como el Estado de México, tiene cabida esta figura y su éxito persiste en que es un vínculo entre la Comisión de Derechos Humanos del Estado y la función administrativa. Mientras más voluntades se sumen a la cultura de la educación, prevención y denuncia, será un México de menores desigualdades.
En conclusión, estimada o estimado lector, los invito a que razonemos sobre este tema tan relevante y propongamos que nuestros representantes, se comprometan más con la figura del ombusperson municipal en lugar de dependencias superfluas y con colmillo político.