Jorge Roberto Javier Tortajada
Hemos leído que Querétaro está en un auge de crecimiento inmobiliario. Vemos distintos niveles de desarrollos, diseños y propuestas habitacionales, pero estamos generando un problema sistemático a largo plazo que se basa en la discrepancia entre la oferta de vivienda y a las condiciones de accesibilidad hacia centros laborales y de equipamiento público.
La vivienda se diseña siguiendo los mínimos habitables, así como adecuada iluminación y ventilación de los espacios interiores, estipulados por reglamentos de construcción. Pero estos no contemplan temas de densidad o sostenibilidad urbana, por lo que seguimos desarrollando de manera horizontal, enclaustrándonos, cerrándonos por temas de seguridad y control local, generando dispersión desenfrenada.
Nuestra condición social debe de generar espacios de convivencia que podamos habitar a través de viviendas mixtas, a la vez que tengamos áreas verdes que complementen el espacio público, haciendo comunidad abierta, conectada y sin bardas. Seguimos inmersos en los temas de movilidad urbana, pero se nos olvida la influencia que tienen los planes parcial de desarrollo urbano que no buscan sistemas integrales policéntricos. Debemos generar centros de barrio adecuados ya que no podemos llevar las industrias o las oficinas al centro de la ciudad, pero sí podemos abonar a la planeación sectorial para que la gente tenga servicios, infraestructura y transporte público eficiente cercano, para así no depender exclusivamente del auto.
MT