Enrique Álvarez
@alvarezgaribay
Todo mundo conoce y ha sido invadido alguna vez por el amor, la pasión y la empatía que genera el deporte.
En mercadotecnia, recurrimos constantemente a este sentimiento para reforzar las campañas publicitarias, pero hay ocasiones donde este amor es el eje central de toda una estrategia. Este es el caso de Club Querétaro en esta temporada que está por comenzar.
Ante la incertidumbre de su futuro y la escasa inversión que se realizará en el plantel, la directiva ha optado por dar el timón del equipo a Mauro Gerk, uno de los más grandes ídolos del equipo. Al no encontrar una estructura que nos indique la razón de esta contratación, todo indica que se está apelando al sentimiento.
Apelando a la añoranza, la imagen del club retomará los colores que se usaron en los inicios de la década de los 80, donde los extintos Atletas Campesinos utilizaban el negro combinado con un azul más claro que el tono usado en la actualidad.
En su libro ‘Estrategias de marketing para el futbol mexicano’, mi amigo Enrique Ramírez llama “colchón sentimental” a esta práctica, y alude, dicho en palabras coloquiales, que este colchón permite soportar las malas rachas sin golpearse. El problema es que los resortes del colchón de los Gallos Blancos ya están vencidos y está por perforarse el colchón.
Apelar a esta estrategia de la pasión y la historia traerá resultados a corto plazo. La afición respaldará al equipo y habrá una sinergia a pesar del entorno cuesta arriba que vive el equipo, pero deberá de tener cuidado la dirigencia plumífera si al final del torneo no hay resultados deportivos, porque entonces no habrá estrategia que respalde al equipo más que invertir dinero.
Por el bien de Gallos, que el amor del ‘Tanque’ Gerk venga cargado de soluciones deportivas.