Roberto Mendoza
El presidente asegura que se contratarán a médicos cubanos especialistas, para atender comunidades que no tienen servicios de salud, sobre todo en la sierra de Guerrero; sin poner a competir comunidades que parecieran abandonadas por gobiernos durante muchos sexenios, en Querétaro hay tres comunidades que tienen su problemática en este rubro.
Pinal de Amoles es un pueblo enclavado en la Sierra Gorda, es cabecera de la municipalidad, ahí hay un centro de salud y una clínica del IMSS, estos establecimientos, no tienen en su personal especialistas, tampoco médicos generales graduados todos los días, sí, pasantes de medicina en su año de servicio los llamados “residentes” que se dedican a hacer diagnósticos generales, recetar algún paliativo y nada más.
En Pinal, en estos dos centros, no hay ninguno de los aparatos mínimos indispensables para un hospital: un quirófano con monitor de signos vitales, unidad electroquirúrguica, máquina de anestesia y respirador artificial, desfibrilador, electrocardiograma, encefalograma, ultrasonido de diagnóstico o colposcopio, ni siquiera uno que se conecte a algún celular.
En estos centros de salud – es un decir- hay tres consultorios, algunas sillas, unas camas y la mayoría de las veces Paracetamol. Ante esta situación los pobladores tienen otras opciones, pueden ir los fines de semana con el doctor Rubén Paramo, un médico jubilado que da consultas en su casa o a veces en una oficina de la iglesia, al doctor se le paga por medio de una alcancía donde la gente deposita lo que puede. Hay otra opción un médico tradicional o “yerbero” también da consultas en los viernes en algún lugar que le designa el presidente municipal, tiene su clientela, pero, por ejemplo, está en contra de que sus pacientes se vacunen contra el covid. En Pinal, no hay especialistas de otras ramas, ni siquiera un dentista, pues problemas políticos entre partidos impidieron que una que atendía en el DIF siguiera dando consulta. Medicinas si hay, en tres farmacias que tratan de tener un amplio surtido, pero obviamente hay que pagar estos medicamentos.
Cuatro Palos es una comunidad más alejada, ahí no hay ningún centro de salud, ni van médicos, tampoco en la comunidad de Bucareli; para poder acceder a algún tipo de diagnóstico hay que ir a la cabecera municipal, pero si hay alguna emergencia o se necesita ir algún estudio hay dos opciones Jalpan de Serra o Querétaro capital, en Pinal hay una sola ambulancia para todas las comunidades, si está ocupada o descompuesta hay que hacer el traslado por medios propios… Y buena suerte.
En esta y otras comunidades mexicanas se necesita de manera urgente un rediseño de la infraestructura médica, una eficiente distribución de medicamentos, compra de aparatos de diagnóstico e implementar el acondicionamiento de quirófanos, al menos los más sencillos para poder hacer, por ejemplo, una cesárea o una operación de emergencia.
Se requiere sensibilidad política, persuadir a los diputados federales que esto es una prioridad y acompañarla de presupuesto, porque sin eso, no se puede hacer nada. ¿Qué se necesita más? Este rediseño o pagarle al régimen cubano el servicio de especialistas en zonas donde no podrán ayudar a los mexicanos, no podrán hacer un diagnóstico certero, sin estudios de ningún tipo necesarios para decidir si hay que realizar una operación o un tratamiento, así sean especialistas mexicanos o cubanos su esfuerzo será sólo de diagnóstico. La discusión sobre los médicos cubanos es una cortina de humo, una mentira más, el problema de salud y su solución, está muy lejos de lo que propone el presidente.