Las reformas electorales son un tema en extremo sensible en nuestro país. Demasiado ha costado tener un sistema electoral que funcione de manera ordenada y transparente, como lo ha logrado el Instituto Nacional Electoral (INE). Sin duda hay muchas cosas que podríamos discutir sobre el momento y circunstancias en las que nos encontramos ahora, siempre en el tenor de mejorar, pero podemos admitir que un Órgano Constitucional Autónomo, con todas sus características, es necesario para poder garantizar elecciones libres de la manipulación gubernamental. Dicho lo anterior, el pasado 28 de abril el Ejecutivo Federal envió a la Cámara de Diputados una propuesta de iniciativa en la que pretende cambiar completamente el sistema electoral mexicano, la cual se puede explicar muy bien en los siguientes seis puntos:
- Suprimir al INE y crear en su lugar el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), siendo este la única autoridad electoral del país, absorbiendo a los organismos públicos locales, como el Instituto Electoral del Estado de Querétaro (IEEQ). También eliminar los distritos electorales para pasar a un sistema de listas estatales.
- 300 diputados y 96 senadores con su elección siendo a través de un sistema de listas por entidad. También se busca poner un tope a las diputaciones locales y regidurías. Leyendo la iniciativa es claro que no se pretende eliminar a los diputados y senadores plurinominales, si no convertirlos a todos en estos.
- Nuevo esquema de elección de integrantes del INEC y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por medio de candidaturas presentadas por los tres poderes, por separado, y que estas sean votadas de manera popular.
- Que las actividades ordinarias de los partidos políticos (pago de plantilla laboral y mantenimiento bienes inmuebles) sean soportadas por aportaciones de sus simpatizantes y militantes. El financiamiento público se mantendría durante el periodo de campañas.
- Desde el inicio del proceso electoral y hasta la celebración de la jornada, se destinarán 30 minutos diarios en cada estación de radio y canal de televisión a los partidos políticos, candidaturas independientes y al INE. Teniendo el 90% los primeros dos.
Es también curioso cómo vemos que el presidente, aun sabiendo que no tiene los números necesarios para lograr una reforma constitucional, las envía al Legislativo. Sabemos que en los dos casos que se han suscitado durante la presente Legislatura la oposición no ha tenido ningún incentivo para aprobarlas, entonces ¿cuál es la razón mandarlas? Una pregunta sin duda interesante y que intentaremos resolver en colaboraciones futuras.