Enclavado en pleno centro de nuestra querida ciudad de San Juan del Río, se encuentra un pequeño templo de singular y austera arquitectura; este templo es el dedicado al Señor del Sacromonte. Muchas personas conocen a este lugar como “el santuario”, sin embargo, hasta el momento no se tiene ningún documento que le de esta dignidad a este templo. El Señor del Sacromonte es la imagen de Cristo muerto, es decir, Cristo que después de su pasión, muere por amor a nosotros en el madero de la cruz y después de tres días resucito glorioso, venciendo a la muerte y vive y reina por toda la eternidad.
En el caso de nuestra ciudad, esta imagen tiene gran importancia en su culto desde el siglo XVII, y prueba de ello es la venerada imagen del Santo Entierro tan querida sobre todo en los barrios de la ciudad. La historia del templo en referencia es la siguiente: corría el año de 1817, cuando un arriero de apellido García Sánchez, trajo del Santuario del Señor del Sacromonte de Amecameca, del hoy estado de México, una pequeña estampa que obsequio a su hermana Antonia Paulina, diciéndole que era muy milagrosa. A los pocos meses de estar en poder la mencionada estampa fue pedida por una señora de apellido Varela por que tenía una enfermedad, obrando prodigiosamente la imagen del Señor del Sacromonte, devolviéndole la salud, comenzando con este hecho una gran devoción.
Menciona el historiador Rafael Ayala Echávarri, que entre las personas que se vieron ayudados en enfermedades por la bendita imagen del Señor del Sacromonte, fueron: el Br. Pbro. Ignacio Alanís y el Prior del convento de Santo Domingo, Padre Arviña; y tal fue la devoción a esta imagen, que con el transcurso del tiempo se realizó una pequeña capilla para su culto hecha solamente de paredes de piedra y cal. En relación con la construcción de esta se cuenta una serie de actos no correctos por parte de los señores García Sánchez, que no es el caso tocar y que la historia ya ha juzgado.
Así las cosas, el día 7 de julio de 1826, se solicita al Ayuntamiento de la Villa de San Juan del Río, que por su conducto se pida al Excmo. Sr. Gobernador del Estado, la autorización para construir una iglesia en honor del Señor del Sacromonte, respondiendo afirmativamente el 4 de agosto del mismo año, otorgando el Ayuntamiento un terreno ubicado en la antigua Calle Real para que los propios vecinos iniciaran la construcción del referido templo.
El viernes 20 de noviembre de 1830, fue finalmente consagrado el nuevo templo en honor del Señor de Sacromonte, era Cura Párroco en ese momento el Pbro. Br. José Ignacio Camacho. A dicha celebración, que por cierto duro tres días de actos religiosos y seis de fiestas profanas, asistieron todos los religiosos de los Conventos de Santo Domingo y de San Juan de Dios, así mismo asistió el Gobernador don Juan José Fernández de Jáuregui, quien fue alojado en la colecturía de Diezmos. Al costado de este templo existió una casa de retiros y en la cual el obispo diocesano la utilizaba como casa de descanso en sus visitas a esta ciudad, actualmente es la sede de una escuela de educación primaria federal.
Destaca al interior del Templo la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, que fue realizada por el afamado Sacerdote Jesuita Gonzalo Carrasco, quien fuera rector del colegio de Tepotzotlán y que ahora es el Museo de Arte Virreinal. Esta imagen fue donada a este templo por la señora Teresa Azcue de Yarza y se le festeja cada 1 de diciembre por parte de la Diputación que se encuentra establecida en este lugar desde el siglo XIX. Al exterior del templo destaca su torre campanario en forma de punta y su reloj público, mismo que fue el primer reloj público de la ciudad y que fuera donado por el Gobernador del Estado don Benito S. Zenea, fue bendecido e inaugurado el día 16 de abril de 1877 por el entonces Cura Párroco de la ciudad don Esteban García Rebollo.
MT