El día de mañana se celebra en México el Día del Maestro, una fecha en donde se reconoce a todas las personas que han desarrollado gran parte de su vida a la docencia, a trasmitir sus conocimientos a los niños, a los jóvenes y las personas que deciden seguir estudiando. La figura del maestro es una de las más apreciables actualmente en la sociedad y que constituyen la base para la educación de nuestras generaciones.
Hablar de nuestras maestras, de nuestros maestros, es hablar de unas verdaderas historias de vida, es hablar de cientos o de miles de recuerdos de los alumnos que han pasado por las aulas de las diversas instituciones educativas que existen y que se han formado como mujeres y hombres de bien. Es en algún momento considerar a nuestros maestros como unos segundos padres de cada uno de nosotros.
Cada uno de nosotros tenemos gratos recuerdos de los maestros que nos educaron desde el kínder, la primaria, la secundaria, la preparatoria o los estudios profesionales. En ellos reconocemos a las personas que nos han formado en la vida.
Con la pandemia, la forma de dar clases fue muy complicada, se tuvieron que inventar formas de aprendizaje, se tuvieron que adecuar formas para que los alumnos aprendieran, incluso se permitió que se ingresara a la intimidad de las casas con las clases en línea y que pareciera que en un momento se transformaron nuestras casas en aulas de escuelas. A todos los maestros que realizaron esa actividad los reconocemos y les agradecemos todo lo que hicieron en estos momentos tan complicados para la humanidad.
Ahora con el regreso a clases en las aulas de manera presencial, nos enfrentamos a situaciones nuevas, a problemas derivados de la pandemia, que son retos para salir adelante y que los alumnos puedan seguir con sus estudios correspondientes y ser mujeres y hombres de bien para la sociedad.
El que esto escribe, llevo diecinueve años como docente en los niveles de preparatoria y universidad, es un orgullo poder compartir parte de mis conocimientos a las generaciones actuales y es más orgullo verlos convertirlos en profesionistas o en personas de bien para la sociedad.
Es también importante reconocer todas aquellas instituciones en donde hemos obtenido nuestros estudios, desde el momento que comenzamos hasta las universidades en donde recibimos un título profesional.
A todos los maestros, les agradecemos todo lo que han hecho en nuestras vidas, lo que siguen haciendo con las actuales generaciones y los exhortamos a ser ejemplos en la sociedad. Muchas Felicidades.
MT