El próximo martes, se celebra en México el Día de las Madres, uno de los festejos tradicionales más importantes de los mexicanos, probablemente solo superado por el día 12 de diciembre y la navidad. Este día constituye uno de los acontecimientos más importantes para las familias mexicanas que se reúnen en torno a la figura de la madre, a la mamá que nos cuida desde el momento que estamos en su vientre, a la mamá que nos acoge en su casa, nos apapacha, nos llena de caricias, de abrazos y besos.
Es también el día en que recordamos a todas nuestras mamás que ya han dejado este mundo y que con su recuerdo nos llenan de esperanza en este mundo que a veces es muy diferente sin su presencia; sobre todo recordamos a las mamás que durante la pandemia han fallecido y que incluso este año será el primero que puedan ser visitadas en este día en los diversos cementerios.
Hablar de la figura materna, es hablar de la mujer que se entrega completamente por sus hijos, desde que sabe que esta por ser madre, hasta cuando las fuerzas y el animo no le permiten más. Es hablar de la mamá de cada uno de nosotros, que nos habla por nuestro nombre, que nos reprende cuando es necesario, que nos llama para ir a comer o que nos pregunta todos los días ¿Cómo amanecimos?
Sin embargo, también es de recordar en ese día a las madres que se encuentran abandonadas, que no están con sus hijos por diversas situaciones, aquellas que tienen que pasar horas y horas en el trabajo y que solo pueden ver a sus hijos un momento en la noche; pensar en las madres que han sido afectadas por la pandemia o por los acontecimientos de nuestras ciudades y ahora tenemos que pensar en tantas madres afectadas por la guerra de Rusia contra Ucrania, que mucho han sufrido y que sin embargo hemos visto su forma decidida de proteger a sus familias.
Sea como fuere, el 10 de mayo nos reuniremos en torno a nuestras madres o las recordaremos como si estuvieran al lado de sus hijos, les daremos infinidad de regalos y será un día especial para ellas, en lo que deseamos fuera todos los días del año.
En su visita a México, el Papa Francisco delante de la imagen de la Virgen de Guadalupe, menciono un bello himno litúrgico, que muy bien queda para este día 10 de mayo:
“Mirarte simplemente, Madre,
dejar abierta sólo la mirada;
mirarte toda sin decirte nada,
decirte todo, mudo y reverente.
No perturbar el viento de tu frente;
sólo acunar mi soledad violada,
en tus ojos de Madre enamorada
y en tu nido de tierra trasparente.
Las horas se desploman; sacudidos,
muerden los hombres necios la basura
de la vida y de la muerte, con sus ruidos.
Mirarte, Madre; contemplarte apenas,
el corazón callado en tu ternura,
en tu casto silencio de azucenas”.
¡Felicidades Mamá!
MT