Raúl D. Lorea
@ArqLorea
Recientemente vi un video en YouTube acerca de lo que el autor denominó “El Chernobyl mexicano”. Quise googlearlo para conocer más acerca de la historia, pero me encontré dos situaciones denominadas de la misma forma: un accidente nuclear en Cd. Juárez y un fraccionamiento abandonado en Guadalajara.
Ambas, de manera distinta, tienen que ver con la construcción, la primera es muy compleja pues, como lo menciona el portal eltiempo.com, se trata de “una serie de desaciertos institucionales que llevaron a que ocurriera el incidente”.
En 1977, el Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, Chihuahua, adquirió un equipo médico de radioterapia que fue abandonado por falta de operadores capacitados. La institución médica decidió enviarlo al “Yonke Fénix”, iniciando así la cadena de contaminación, ya que fue vendido a la empresa “Aceros de Chihuahua” para fabricación de elementos de acero para construcción distribuidos en varias ciudades del país.
Para 1984, un laboratorio que monitoreaba la radiación de Los Álamos, Nuevo México, EE.UU. detectó un camión con altos niveles de radiación, identificando que pertenecía a la acerera chihuahuense.
El Estado de Texas decidió informar a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias del gobierno mexicano para indagar el origen de ese material contaminado, rastreando toda la ruta hasta el Centro Médico, donde todo comenzó.
En una siguiente entrega, le contaré, amable lector(a), un poco más acerca del destino de ese acero contaminado, provocando lo que se considera como el mayor incidente nuclear de América.