Fernando Islas
Las jornadas de trabajo que el Presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo en Centroamérica, deja un grato sabor de boca, el darnos cuenta que el titular del Poder Ejecutivo de nuestro país tiene claro que el camino a la transformación nacional tiene la brújula apuntando hacia el sur del continente, donde la Latinoamérica unida en un frente común, de marcha atrás a los retrocesos que los proyectos neoliberales dejaron en las diferentes naciones donde se han implementado. Pareciera que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, fue un revulsivo para el progresismo latinoamericano, ya que desde su llegada en 2018, diferentes países hermanos han cambiado de régimen, dando paso a una nueva época en el continente.
Argentina, Perú, Chile y Bolivia, son los países que han dado continuidad a proyectos de gobierno similares al nuestro, lo que obligatoriamente nos obliga a pensar que existe otro camino para el desarrollo económico de nuestra zona, alejados de la voracidad del gran capital y apegados a la llamada epistemología del sur. Anteriormente las y los mandatarios de América Latina, se veían en la única opción de subordinarse al “capricho yankee”, pero hoy la realidad es distinto y existe una coyuntura única para crecer en lo individual y colectivo.
AMLO demuestra una vez más los grandes dotes de liderazgo que lo caracterizan, lleva consigo programas y proyectos para impulsar un desarrollo justo, responsable y ético, con seguridad su nombre quedará plasmado en la historia, como un impulsor de Latinonamérica y sus pueblos.