Alejandro Gutiérrez Balboa
El próximo 2 de octubre habrá elecciones generales en Brasil y de ellas puede surgir un resultado que consolide la presencia del populismo de izquierda en América Latina. Hoy, el sueño del Foro de Sao Paulo es una realidad en México, Honduras, Nicaragua, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y, desde luego, Venezuela y Cuba.
También, para el 29 de este mes habrá elecciones en Colombia, pero de ellas nos ocuparemos en otra ocasión.
En Brasil se elegirán presidente, vicepresidente, un tercio del senado, 27 gobernadores y vicegobernadores de provincias, así como cámaras legislativas provinciales. Habrá varios candidatos a la presidencia, pero sólo 2 finalistas, el actual presidente Jair Bolsonaro y el ex presidente y fundador del Foro de Sao Paulo Luiz Inacio Lula da Silva. Si ninguno de los candidatos alcanza el 50% de los votos, algo de esperarse, habrá segunda vuelta el 30 de octubre.
Lula fue electo presidente en 2002 al cuarto intento, y en 2017 fue condenado a 9 años y 6 meses de prisión por corrupción durante su mandato, de los que cumplió más de año y medio.
Bolsonaro fue electo en 2018 con más del 55% de los votos y pronto se mostró como un populista de derecha, afín a Donald Trump. Ha realizado una entrega masiva de transferencias monetarias como programa social, casi idéntico al que estableció con otro nombre Lula cuando fue presidente. Estos programas, netamente clientelares, no resuelven en nada la pobreza de los beneficiarios pero sí asegura votantes y Bolsonaro gustoso sólo lo maquilló, aumentando el monto de las entregas y se ha beneficiado del mismo.
Lula ha incrementado su popularidad, aunque pocos lo ven como un disruptor en el escenario actual de Brasil. Es ya un hombre viejo que cumplirá 77 años el mes de las elecciones y poco habrá de aportar además de su irrefrenable ambición de volver al poder que detentó de 2003 a 2011.
Brasil se ha vuelto la economía más grande de Sudamérica y la 12 a nivel mundial; es ya una potencia militar y un referente como potencia media emergente. Miembro de BRICS, junto a Rusia, India, China y Sudáfrica, constituye un bloque económico importante, pero no tiene asegurada su consolidación con un presidente necesariamente populista. En el sexenio de Fox, México lo sobrepasó en crecimiento, pero esa es otra historia lamentable de oportunidades desperdiciadas.